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por Walda
En un lugar sin nombre, Clara y otros compañeros de una ONG, reunieron a varios miles de niños, todos huérfanos de las guerras de África y Oriente. Pidieron ayuda al mundo, necesitaban alimentos, ropa, medicinas...Los días iban pasando y la ayuda no llegaba, los alimentos se terminaron, y las risas, los juegos y canciones, se fueron acallando.
Clara tenía los ojos cerrados, estaba agotada, el pelo humedecido sobre la cara, el calor empezó a ser insoportable bajo los toldos. Creyó oír un ruido lejano, pero lo achacó a su debilidad, el sonido se hizo más intenso, el sol se ocultó tras los helicópteros que poblaron el cielo anunciando el maná de la vida. Estimulada por la alegría, salió de la tienda, y tras ella, algunos niños que aplaudían y enviaban besos a los pilotos. Las cajas caían a centenares. Abrió una, y aparecieron unas muñecas preciosas, usadas, pero arregladas para la ocasión, en la siguiente, coches y camiones con pilas nuevas para disfrute de los niños, en otra, pelotas y balones, algunos firmados por famosos futbolistas, juegos de mesa, maravillosos peluches...Y cuando no quedaba ninguna caja por abrir, y los juguetes aparecían amontonados de una manera desoladora; Clara rompió a llorar. Pero sucedió, que los juguetes revivieron, y cada uno eligió a un niño, y una muñeca preciosa con ropa de diseño abrazo a Clara, y nunca más volvieron a sentir, hambre, frío, calor...
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