miércoles, 27 de marzo de 2013

Nuestro Relato de la Semana es...

NO HAY REGRESO       de   Cristina



De repente cesó el sonido y se borró la imagen, como cada noche. Se quedó mirando fijamente la pantalla del televisor: otra vez era un agujero negro; quizá esta vez no sufriría, quizá hoy no escucharía las voces que, aprovechando el silencio y la oscuridad, le atormentaban cada vez con más frecuencia. Le hacían creer que la vida se estaba yendo en cada minuto vacío, que se iba perdiendo en cada instante a oscuras.
Hoy no les prestaría atención, hoy tendría fuerzas para rebelarse, para luchar, para vencer y vivir.

Miró hacia la calle a través de su ventana sin cortinas, buscó en los balcones frente a su casa, esperaba percibir alguna señal de las vidas ajenas en los diferentes reflejos que la luz dibuja al colarse por las rendijas de las persianas; se aferraba a cada rayo de luz que descubría como el náufrago que encuentra entre las olas una pequeña tabla que le mantendrá a flote. No le sirvió de nada, no vio rastro de vida en ninguna parte. Se dejó ganar por el desaliento y la fatiga acumulada en tantas noches de sufrimiento. Se rindió.

martes, 19 de marzo de 2013

Nuestro relato de la semana es...


DEL NUEVO LIBRO CUENTIL: ESTOS NO TIENEN FIN   por Paco

UNA SENSACIÓN ...
Extraña es la que tuvo Pipo el de la Lola, cuando esta fue a trabajar.
Tras colocar el aspirador con ese ruido de ahora te chupo suelo y sofás y toda la pequeña casa, se dedicó a pasar el polvo con la bayeta mágica y luego fregar el suelo.
Al terminar, volvió a esa sensación extraña; como si alguien le llamara.
Buscó entre las estanterías de los libros alineados del salón-comedor, pues un sonido de auxilio parecía provenir de ahí. Nada.
¿En la cocina? Nada
Sedirigió al baño. Nada.
Fue a la habitación de sueños y escuchó por donde las mesitas de noche. Nada.
Al llegar a la estantería de libros y de recuerdos del pasado, frente a la cama, notó que esta se movía.
De repente una muñeca rusa habló y pegando la oreja a la más grande de ellas, oyó desde muy adentro un hilillo de voz: las demás no me dejan huir de aquí, sálvame.
Pipo quiso abrir la mas grande; la que más mandaba, pero un pinchazo terrible en el corazón, le hizo caer al suelo y murió.
Lola cuando encontró su cuerpo cadavérico, besó a la gran muñeca rusa, llamó a la policía llorando, y tiempo después, cobró el dinero del seguro, mirando con más alegría al futuro.


Hector, tuvo una sensación extraña...

lunes, 11 de marzo de 2013

Nuestro relato de la semana es...


AQUEL LUGAR     de Walda

Aquel día mamá me dijo que tenía que acompañarla a un lugar donde había muchos niños. Yo me alegré, desde que murió papá me sentía muy sola. El día era gris. Subimos al viejo Ford  y abandonamos la ciudad, recorrimos varios kilómetros, mamá conducía con gesto serio. Apenas hablamos. Al llegar a un cruce  nos desviamos por él; cogimos   un estrecho sendero cubierto de hojas pegadas al suelo por la humedad del invierno. Apenas habíamos recorrido unos kilómetros, cuando ante nosotros apareció un edificio grande y vetusto, el moho y la herrumbre se habían apoderado de él, las ventanas con rejas le daban un aspecto monacal. Bajamos del coche, el frío viento invernal me azoto la cara.
 Una monja vieja y regordeta nos abrió un portón de madera,  cruzamos un pequeño huerto donde la escarcha del día anterior aún permanecía en el suelo. Ya en el interior, nos recibió una monja más joven que debía de ser la directora, guiadas por ella recorrimos  las estancias y  pasillos de aquel edificio grande e irregular.
 El refectorio era una sala  oscura con mesas y sillas de tosca madera. Pensé, que allí las sopas debían de quedarse rápidamente frías. Años más tarde me pregunté por qué imagine sopas, en vez, de leche o cacao. El dormitorio era rectangular con camas alineadas  cubiertas con mantas grises, un frío viento entraba por las rendijas de las ventanas. La sala de clases igualmente fría, aunque más luminosa, la presidía un Cristo Agónico, flanqueado por una Virgen Dolorosa, y El Ángel  Caído.
Mamá caminaba deprisa junto a la monja, yo me había quedado rezagada y apenas oía lo que hablaban, palabras sueltas que no lograba entender: presupuestos, recortes, caridad…
Oímos un murmullo de voces.  Entramos en una galería cubierta, donde unas cincuenta niñas de distintas edades jugaban y corrían, todas vestían iguales, unos deslucidos uniformes de rayas blancas y grises. Por los grandes ventanales se divisaba un campo yermo, las grises montañas cubrían el horizonte.
Para entonces, el mal presagio y el frío se habían apoderado de mí. Tenía los dedos agarrotados, sentía palpitaciones, y un sudor frío me perlaba la frente. Sentí que iba  a echarme a llorar, en aquel momento mamá me cogió la mano: Vamos cariño, los abuelos nos esperan para comer. 

TERCER ANIVERSARIO DE NUESTRO COLECTIVO

Nuestro colectivo Renglones de Ficción cumple su tercer aniversario y que mejor manera de celebrarlo que inaugurando nueva sede y nueva estructura de nuestros talleres/encuentros!!!. Desde aquí agradecemos a todos nuestros lectores por seguirnos y esperamos que con los cambios se avecinan el blog se convierta en un hervidero de textos, ideas y aprendizaje. Gracias a todos y enhorabuena!!!