miércoles, 17 de agosto de 2011

Relatos Fantásticos I La Cámara Séptima (del libro RelateAndo)


por Walda



Cuando el poderoso rey de Oriente tuvo que abandonar el palacio para visitar a su hermano enfermo, llamo a su mujer y le dijo: Toma estas llaves, con ellas podrás abrir las cámaras secretas del palacio, todas, excepto la puerta número siete.
La mujer esperó a que llegara la noche, y cuando todos dormían, decidió averiguar que misterio guardaban aquellas habitaciones.
Abrió la primera puerta, y tuvo que taparse la cara: el brillo de tanta riqueza la deslumbró. Brazaletes de jade, oro, turquesas, tapices de seda, rubíes...
En la segunda, sobre una piedra de esmeralda, había una vasija con el elixir del amor. La tercera contenía un libro con todos los trucos para preparar pócimas, y acabar con cualquier tipo de enfermedad. La cuarta, el Espejo de la Sabiduría, en él se reflejan todas las cosas del cielo y la tierra, quienes lo poseen, lo saben todo, y nada les está oculto. La cámara quinta, guardaba un sin fin de pequeños tarros, que aplicados ordenadamente, garantizaban la belleza eterna. En la sexta, una maravillosa bola del mundo con todas las ciudades, palacios y posesiones del rey.
La mujer estaba impresionada, miró la puerta número siete, y se pregunto--¿Qué maravilla ocultaría aquella cámara, que su marido no le quería mostrar?
La galería estaba vacía, nadie la podía ver, decidió abrirla. Ante ella...surgieron cuatro estatuas de bronce. Montados sobre caballos cuyas patas delanteras no tocaban el suelo como si se hubieran encabritado, cuatro jinetes de apariencia siniestra, vestidos con capas ondeando el viento, y con la cabeza cubierta con capuchas miraban fijamente la entrada. La mujer espantada quiso retroceder y cerrar la puerta... pero en ese momento, las estatuas tomaron vida, y el jinete que llevaba el arco lo disparó sobre ella, y los cuatro salieron veloces; causando la muerte el hambre y destrucción en todo el reino.

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