sábado, 16 de julio de 2011

Esquinas


por Paco


dedicado a Katia


Cuando Antonio el portero, me contó todo esto, me dijo que el bolígrafo se le cayó al suelo, despuntándose y supo que una muerte cambiaría toda esa vida normal.
Era heroinómano, el muchacho del 4 derecha. Desde la ventana de su habitación, quiso entrar a la de su madre, para robar. Cuando se espanzurró, fueron muriendo una a una, todas las jóvenes que vivían en este edificio. Su madre, mira acaba de salir, es esa de ahí.
Justo al doblar la esquina, Antonio me dice que la luz es más tenue, como si siempre estuviera en sombra.
Sí, mira a la derecha.
Sin embargo, en la casa que linda con la de mi padre, en el pueblo, Pepe me dijo que se enamoró de la que allí vivía y ahí viven juntos ahora.Que un día la siguió dejando el trabajo en la refinería, alegando una enfermedad, que un tío suyo certificó.
A las seis de la tarde se declaró a Gloria. En punto, me dijo tocando su reloj. Gloria vivía con 4 amigas más. Tenían alquilada la casa a la mujer que las trajo del pueblo, en Colombia. Una semana después de declararse Pepe y Gloria le dijeron a la meretriz que se amaban y añadió Pepe que la iba a retirar de ese trabajo y que se casarían.
Con los parabienes de la jefa, un año después tuvieron una niña. Justo al nacer esa niña, Emilia murió acuchillada por 14 puñaladas.
Todas las mañanas antes de llegar a la esquina, Pepe al ir a trabajar, ve la persiana abierta, donde duerme su niña y mira a esa mujer mecerla junto a su cuna.
Siento tal alegría que me pongo a llorar, me dijo Pepe y me cuenta Antonio.
Puede ser que suceda,
en cualquier esquina,
sin más.
Y ocurrir, puede ocurrirle
a Fernando, Inés o al mismo Blas
al cortar una calle
con otra de algún pueblo
o una gran ciudad.

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