lunes, 11 de julio de 2011

Microrrelato


Hoy hacemos un inciso en RelateAndo para introducir este microrrelato de Paco.

LA SEMILLA DIVINA

Nada más llegar de la India, Guillermo pasó por casa y nos dijo que caminando, se encontró una semilla blanca de un árbol sagrado hindú. Cuando paré cerca de un templo,la gente me confundió con un sadhu, más aún al llevar colgada del cuello esta semilla. Al ser blanca, es una rareza y un hombre me la quiso comprar. Le dije que la divinidad no se puede vender.
Al mirarle se podía creer que era un santón, porque estaba en los huesos. Luego comió hasta las trancas y se quedó dos días en casa con su amigo Juanto.
Lo extraño es que hace una semana, me tumbe en el césped y vi una bolita que tenía forma de mujer. La guardé y cuando Guillermo volvió le pregunté si había perdido alguna semilla de las que trajo. No, me dijo. Las tengo todas en la mesita de noche. Pues mira esto y le enseñé la forma de mujer, que no era más grande que un dedo gordo de una mano pequeña.
Asombrado me dijo: guardala, porque no debería estar aquí, siendo de la India.
Por lo visto, la divinidad no ha querido quedarse junto a nosotros porque no la veo por ningún sitio. Susana dice que habrá ido a algún lugar donde haga más falta, pero me jode que dios nos abandone.

1 comentario:

  1. Seguro que la divinidad vuelve a tu casa cualquier día de estos... (más cuando se entere de las lentejas y paellas que preparas,jejeje) Marta

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