- Participarán exclusivamente los miembros del Colectivo literario “Renglones de Ficción" a los que les de la gana hacerlo.
- Si pese a todos los inconvenientes que luchan a diario contra tus innegables ganas de escribir, has decidido participar, hazlo con un único texto.
- Los textos deberían tener una extensión aproximada de diez líneas en letra Arial 12, pero siendo sinceros, en este grupo no somos de reglas.
- El tema del concurso de este año consiste en lo que a cada uno le sugiera el tema elegido por la de siempre (¡cómo manda esta mujer en la sombra! menos mal que no tiene whastapp) y que todos ya conocemos. Como la mandona ha dicho textualmente: Este año inspiraremos en el título de una novela de la escritora húngara Magda Szabó "La puerta". El misterio, lo íntimo, lo valioso queda a salvo detrás de la puerta. Pero hubo puertas que jamás debimos cerrar y otras que dejamos abiertas y se nos coló el gato, ¡suerte con los portazos!
- Los textos han de ser colocados por los autores de forma ANÓNIMA como comentarios a esta misma entrada del blog (Pinchar un poco más abajo en donde pone “X comentarios”; Pegar nuestro texto en el espacio en blanco; Abrir la pestaña marcada como “Comentar como” y seleccionar la opción Anónimo; Darle a publicar comentario; Meter la palabra de verificación y Publicar comentario).
- OJO!!No firmar el texto ni poner el nombre en el comentario o vuestro texto quedará automáticamente fuera de juego por no ser anónimo.
- Los relatos podrán colgarse hasta el 11 de diciembre a las 23:59h. Cada cual elegirá su momento oportuno para hacerlo y esta cuestión no es baladí. Mucho se ha hablado sobre esto y se seguirá hablando porque en este grupo repetimos los temas que da gusto. Al día siguiente (día del concurso si nada se nos tuerce) se espera que todo el mundo haya leído en el blog los microrrelatos participantes (y que cada uno tenga decidido cuales son los dos que más le gustan).
- El fallo del concurso se realizará durante la cena de navidad atendiendo al siguiente procedimiento:
- Las organizadoras (Cabezas de Ajo) numerarán los textos anónimos.
- NOVEDAD en las puntuaciones. Cada participante otorgará 3 renglopuntos a su relato favorito y 1 renglopunto a su segundo relato favorito (se confía de la buena fe de cada participante para no votarse a sí mismo).
- Se sumarán las puntuaciones y se nombrará al GANADOR y al finalista o finalistas. En caso de empate ganará el relato que haya obtenido más veces puntuaciones de 3 renglopuntos. Si sigue habiendo empate tendremos un año bicéfalo.
- Como colofón final se procederá a realizar un juego fuera de concurso que consistirá en intentar averiguar a qué autor pertenece cada microrrelato. Se oirá lo de todos los años, que si este año está muy difícil, que si solo reconozco el de Paco y al final ganarán los de siempre que todos sabemos quienes son y no hace falta dar nombres. Ejem.
- El ganador, una vez que haya sido nombrado, efectuará un breve discurso de agradecimiento en el que podrá trazar a grandes rasgos sus propósitos para el año. El nuevo elegido podrá autoproclamarse del modo que se le antoje.
El premio otorgado al ganador será un diploma acreditativo y el magnífico honor de ostentar durante un año el título de ganador del XII Concurso “Menudos Renglones” .
- Suerte a todos y …¡empieza el juego!
Hola
ResponderEliminarLa puerta que nunca cerré
ResponderEliminarSé que toda mi vida recordaré esa tarde, incluso cuando haya olvidado su rostro, su nombre.
Vuelvo al recuerdo y siento el frío de aquella ciudad de iglesias y conventos. Oigo el tañer de las campanas, San Juan, San Jorge, Santa Maria. Acelero el paso saboreando el chocolate humeante que cada tarde me espera a la salida del colegio. Abro la puerta y veo la casa petrificada, sin ruidos, sin olores. Siento un gran desamparo. La abuela me entrega una breve nota, es la letra de mi madre; se ha ido, algun día volverá a por mi, me quiere. Ella, sometida a una madre autorita desde la muerte de mi padre, obligada a salir discretamente vestida, sin maquillaje, sin adornos...
Pertenecemos a esa clase social clasista y llena de prejuicios que había reducido a mi madre a la desesperación. Cómo culparla de querer huir de ese ambiente opresor. Cómo no culparla de su olvido.
Toc, toc
ResponderEliminar— ¡Soy yo, tía, ábreme! — Mi tía Pura era la hermana pequeña de mi abuelo. Una mujer admirable. Hizo Químicas en plena posguerra y trabajó en unos laboratorios hasta su jubilación. Viuda muy joven y sin hijos, mis padres nos mandaban todos los veranos a su casa para hacerle compañía. Cariñosa, amable y complaciente, sólo una cosa transmutaba su carácter: que olvidáramos cerrar las puertas tanto de la calle, como del patio o los armarios de dormitorios y cocina. “Vuestro tío murió por una corriente de aire, todo por su manía de dejar las puertas abiertas. ¿Acaso queréis acabar como él?”, nos decía muy alterada. Ese día yo había viajado a Málaga para entregarle en mano mi invitación de boda. Al verla, me abrazó y, emocionada, fue a coger una caja de su escritorio. Sacó de ella un botecito y, ofreciéndomelo, sentenció: “Toma, hija mía. Si alguna vez tu marido te pone de los nervios, se lo echas en el café y chimpún”. Cianuro, leí horrorizada en la etiqueta.
Reformar
ResponderEliminarSiempre le fascinó "el otro lado", en especial, el paso, la entrada, la puerta que comunica el mundo real, ese tan aburrido, monótono y predecible que nos toca sufrir, con el deseable y fascinante creado por una misma. Leía y volvía a leer Alicia en el país de las maravillas, Peter Pan y Wendy, Las crónicas de Narnia... le encantaba ese cambio, la transformación, la metamorfosis, aunque nunca dejaba la historia como el autor la había escrito, cada vez que la releía le añadía personajes, situaciones, giros que su mente creaba para ese nuevo y placentero mundo. Nunca descansaba, tratando de transformar un hoy rutinario por un hoy mejorado, ese hoy que la hizo feliz más de, bueno, mejor decir muuuchos años.
- Por favor, espera un minuto.
Delante, una nueva puerta. Atrás, una existencia llena de batallas. Hoy, una residencia donde descansar. Mañana, una aventura con nuevos personajes e historias.
- ¿Cómo? sí, claro que sí, ya podemos entrar.
ROBOTINA
ResponderEliminarEl día que Robotina traspasó el umbral de nuestra casa, me encandiló con esos ojos tan malvas y tan redondos. Los abría junto al movimiento acompasado de sus brazos y el ligero baile de sus piernas. Pertenecía a los Geminoid, creados por el ingeniero japonés Hiroshi Ishiguro. ¡Un robot-clon!, decía su documento de presentación. ¡Pura eficiencia materno-artificial! Cada tarde conseguía que Sofía terminara todos sus deberes, que el cerro de plancha estuviese bien planchado, y que todo reluciese en el hogar del eterno caos.
¡Cuántas veces me había reído de la IA y del supuesto avance de la robótica japonesa! Cuán incrédula me había mostrado ante tantos patrones y algoritmos. Pero heme aquí, y cada tarde, cuando regreso a casa, Robotina consigue que mis tres salvajes estén cenados, bañados, y con el cuento contado.
O tal vez, cada tarde, el cansancio me atrapa, y la pequeña Lucía no para de tirar, con implacable insistencia, de la manga de mi camisa. Me llama: “mami, mami, Pablo se ha puesto una pinza en sus pápardos y dice que ha nacido un lago en el baño”
“Mami, despierta, despierta, mami. Que dice, dice que el lago está creciendo en el pasillo”
Moraleja: Mantén la puerta abierta a tus sueños, sin perderlos de vista.
Las Moradas II
EliminarVagabundo de los cuatro vientos, nada más ver la puerta, semioculta en el muro de granito que cercaba los dominios reales, supo que al otro lado encontraría lo que siempre buscó.
Por intentar abrirla, cambió su vida errante y se quedó en la capital. Diez años estuvo intentando abrirla, de todas las formas que se le ocurrían. Hasta que una tarde de enero, sin hacer nada especial, ella sola cedió. Solo lo justo para permitirle pasar.
Al otro lado, una minúscula sala de perfecta blancura, una silla de acero… y otra puerta en la pared de enfrente.
Obsesionado, más seguro que nunca, entraba y salía a diario tratando de cruzar esa nueva barrera. Tres años, con sus días y sus noches, tuvieron que pasar hasta que se repitiese el milagro.
Y entró a una nueva estancia, todavía menor e igualmente inmaculada. En el suelo, un vaso de trasparente cristal, siempre lleno de agua pura y al frente, una nueva puerta idéntica a la anterior.
Invisible al mundo, todos los días regresaba ante su enigma. Era ya viejo, apenas una sombra, cuando giró en su presencia esta última puerta. Otra sala blanca, completamente desnuda, poco mayor que un sarcófago. Al frente, su imagen en el espejo que la cerraba.
ME EQUIVOQUÉ
ResponderEliminarTiemblo ¿ porqué?, diréis. De amor, de desesperación, de frío.
Desde el otro lado de la calle, mantengo la mirada fija en la puerta del portal de su casa. Ella no abre mis WhatsApps, no responde a mis llamadas, comprenderme, no soy un loco, es que necesito hablar con ella, me equivoqué, tengo que decírselo.
Pero...la puerta se abre... ¡ no me distraigais ahora! Grito su nombre, corro hacia ella, cruzo, me embisten, caigo.
Recupero la conciencia. Su cara está tan cerca de la mía que puedo sentir el calor de su respiración. Entonces yo, con un hilo de voz, repito como un mantra, " te amo, perdóname, te necesito".
¿ Y ella? Me preguntáis temiendo que sea un final de puertas abiertas.
Ella acerco su boca a mi oído izquierdo y...suave, despacio y con tremenda dulzura, recitó su propio mantra; " yo a tí, ya no", "yo a tí, ya no" , "yo a tí, ya no".
LA RÉPLICA
ResponderEliminarUna de mis pasiones inconfesables es pasarme horas leyendo las reseñas de Google. Gracias a las generosas opiniones de la gente sobre lugares, establecimientos o monumentos yo alimento mi adicción. A veces me centro en una persona. Por ejemplo: Carlo, 235 reseñas. Me leo todas y al terminar sé perfectamente cómo es Carlo, donde le gusta comer, a qué lugares ha viajado en los últimos años.
Anoche me fui con una sonrisa a la cama. Estaba leyendo enfrascado los comentarios de la réplica de la Puerta de Ishtar construida en Irak donde un día estuvo la puerta original. Allí me topé con el comentario desesperado de John el 5 de julio de 2018: “Sara, no apareces, llevo más de dos horas esperándote. Mis ilusiones se desvanecen”. Entonces, gracias a mi destreza y experiencia, rápidamente viajé con mi teclado hacia las reseñas de la original Puerta de Ishtar reconstruida en el Museo de Pérgamo en Berlín y allí encontré lo que esperaba. Sara, 5 de Julio de 2018: “Comprenderás que no puedo seguir esperándote, John. Siento tanto que no hayas venido…”.
Quién le hubiera dicho al rey Nabucodonosor II que en el umbral de la puerta erigida en las murallas de su bella Babilonia se iba a vivir este auténtico drama.
UN ESPEJO EMPAÑADO
ResponderEliminarTodo dispuesto, todo en orden.
Dispondré de algunos minutos para mí.
Sumergida en el agua tibia de la bañera y con los ojos cerrados recordaré los hechos que marcaron mi vida, que la destrozaron; las puertas que quise abrir, las que quise cerrar, a veces con un buen portazo, y las que nunca quise abrir.
También aparecerán las numerosas puertas que otros me abrieron, en muchas ocasiones con codicia y en pocas ocasiones con generosidad.
Y esto será todo, será en realidad una mierda de balance que merece inevitablemente la liberación que me dará final planeado.
Saqué la cabeza del agua.
Vi en el espejo empañado un reflejo borroso.
Me di cuenta de que el plan había fracasado.
LA TIA OLGA
ResponderEliminarLos abuelos murieron intoxicados. Inhalación de monóxido de carbono por la mala combustión de una caldera. Salieron en los periódicos. Muchos años después hice una búsqueda en internet con tres palabras: fallecimiento, inhalación y gas. La cantidad de muertes a lo largo de los años era considerable, pero mis abuelos no salían porque lo suyo fue antes de que todo estuviera en Google. La tía Olga fue la que encontró los cuerpos. Uno en la cama, el otro en el cuarto de baño. Todo esto lo leí solita en los periódicos que encontré guardados en el armario del salón porque en casa no se hablaba del tema. Bueno ni del tema ni de muchas otras cosas porque en casa se hablaba lo justito. Con mis siete añitos aprendí palabras como autopsia, tanatorio e incineración.
Desde entonces a la tía Olga dejamos de verla con tanta asiduidad y en todos los años posteriores no encontré la oportunidad de tener una conversación adulta con ella para preguntarle las cosas que siempre me inquietaron sobre el fatídico día. Hasta hoy, donde mi tía me ha despachado con un “reina, hay puertas que es mejor no abrir nunca”. También me ha guiñado un ojo.
Enhorabuena por la participación de lo que es ya una consolidada tradición navideña! El reinado este año se lo lleva el relato Las Moradas II. Le siguen en puntos La Réplica y Me equivoqué que ocupan los puestos de pajes del rey. Un año lleno de ilusión por delante en el que las letras y los renglones prometen estar muy presentes.
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