martes, 2 de diciembre de 2014

BASES IV CONCURSO NAVIDEÑO DE MICRORRELATOS "MENUDO RENGLÓN"

- Podrán participar los miembros del Colectivo literario “Renglones de Ficción”
- Cada participante puede presentar un único texto.
- Los textos tendrán una extensión máxima de diez líneas en letra Arial 12.
- El tema de los textos participantes será: “TODO TIENE UN PRECIO ” (en cualquiera de los sentidos que el autor quiera interpretar)
- Los textos han de ser colocados por los autores de forma ANÓNIMA como comentarios a esta misma entrada del blog (Pinchar un poco más abajo en donde pone “X comentarios”>Pegar nuestro texto en el espacio en blanco>Abrir la pestaña marcada como “Comentar como” y seleccionar la opción Anónimo>Darle a publicar comentario> Meter la palabra de verificación>Publicar comentario).
- OJO!!No firmar el texto ni poner el nombre en el comentario o vuestro texto quedará automáticamente fuera de juego.
- La fecha tope para colgar los textos es el día 17 a las doce de la noche . El día de la cena se espera que todo el mundo haya leído en el blog los microrrelatos participantes (y que cada uno tenga decidido cuales son los dos que más le gustan).
- El fallo del concurso se realizará durante la cena de navidad atendiendo al siguiente procedimiento:
• Las organizadoras (Cabezas de Ajo) numerarán los textos anónimos
• Cada participante otorgará 2 renglopuntos a su relato favorito y 1 renglopunto a su segundo relato favorito (se confía de la buena fe de cada participante para no votarse a sí mismo)
• Se sumarán las puntuaciones y se nombrará al GANADOR y al finalista. En caso de empate ganará el relato que haya obtenido más veces puntuaciones de 2 renglopuntos.
• Como colofón final se procederá a realizar un juego fuera de concurso que consistirá en intentar averiguar a qué autor pertenece cada microrrelato. Para ello las organizadoras CA irán nombrando los microrrelatos y se irá nombrando a los diferentes autores para que se vaya votando a mano alzada.
- El ganador, una vez que haya sido nombrado, efectuará un breve discurso de agradecimiento (muy breve y no lo tiene que tener preparado).
- El premio otorgado al ganador será un diploma acreditativo y el magnífico honor de ostentar durante un año la corona y el título de ganador del IV Concurso “Menudos renglones” . 
 - Suerte a todos y …¡empieza el juego!

17 comentarios:

  1. Amor y manteles
    No se puede escribir comiendo bien. Es como boxear, hay que sentir hambre para ganar un combate, tener dentro la rabia y echarla en cada golpe.
    Cuando descubres que la vida te va limando con sus tretas miserables, ya estás hasta el cuello. Te parece que la combinación de una mesa perfecta, con su mantel de hilo y los cubiertos de plata alineados, es tan irresistible como el deseo de amar.
    Llega el foie, con una mínima guarnición, y cae en mi copa el Sauternes de un pálido cobrizo. Me lleno de perfume a melocotón, como su piel.
    Brilla la conversación, y tiembla el tataki en el plato, anticipando el cuchillo que desgarrará su hermosa geometría cúbica. Cuando sirven el dorado fruto de las uvas de Médoc, su pelo regresa a mi almohada. Me preguntan que si estoy de acuerdo con algo, y respondo que por supuesto.
    La liebre ha detenido para siempre su carrera en esta mesa. Aparece cubierta por la salsa espesa, bajo la que apenas entreveo su arqueado lomo. Cae el Borgoña, de un rojo intenso; mientras compruebo su huella en el cristal de la copa, veo el parabrisas mojado por la lluvia. Y la carretera negra, a ninguna parte.
    No quise pagar el precio, el miedo al hambre me desnudó.
    Cuando apuro la segunda copa de Oporto, el crimen se ha consumado. Amor y manteles se anudaron como la hiedra al tronco, y mi sabia fluye por la mesa regando un campo yermo.

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  2. Tiempo de crisis

    No pudieron retenerse y comenzaron nada más verlo salir. El mayor abrió su navaja y la metió a fondo, retorciéndola mientras reía. La sacó vociferante, con un pedazo de carne blanda y roja, aún goteando, clavada en la punta. Los otros dos no tardaron mucho en seguirle, con un par de cuchillos mal afilados. Con los ojos bien abiertos, con el precio bien pagado a la desesperación. Se turnaban entrando por donde mejor podían, a veces de uno en uno, a veces los tres. Hasta que no pudieron más. Al final cayeron al suelo gimiendo, agotados, sucios. La mujer los encontró después, roncando como animales, en la misma postura en que habían caído. ¡Bestias! musitó mientras retiraba el caldero.

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  3. La noche fría
    En mitad de la noche, aparece la noche fría.
    La que mata, la que borra la memoria.
    La noche fría que cabalga un corcel negro y te anuncia una eternidad opaca, invencible, silenciosa de lenta.
    Que llega sin permiso.
    Que te reclama por el mero hecho de haber nacido, de haber vivido.

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  4. No le gustaba la Navidad. Una época del año en la que siempre, inevitablemente, rememoraba aquella Nochebuena en que pudo cambiar su vida. Tres mensajes encadenados en décimas de segundo. Tres mensajes que le dieron la vida aquella noche y le partieron el alma para siempre: “Te quiero”. “Te quiero”. “Te sigo queriendo”. Desde el comedor, los villancicos entonados por los niños dulcificaron la voz imperiosa y autoritaria de su marido cuyos pasos resonaban cada vez más cerca por el pasillo. ─Pero, ¿qué pasa? ¿No se cena hoy en esta casa o qué? Y con una única y rápida presión sobre el teléfono, apagó a un tiempo el móvil y todas sus ilusiones.

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  5. Con los pies en la luna

    Una noche cansado de la tierra mire el cielo y al contemplar la luna, decidí ser un vagabundo en ella.
    Un lugar donde no tendría que demostrar nada, la vida sería más fácil, más justa, sencilla.
    Abandoné este mundo nuestro cargado de responsabilidades, en el cual la existencia se me hacía insoportable,
    el aire opresivo y las aguas oscurecían.

    Miré de nuevo la tierra através del telescopio. Aquella esfera brillante, como un océano azul oscuro cubierto de manchas verdes, grises y blancas, era bello, frágil, delicado. La hora más hermosa llegaba con la noche, en la
    negrura del espacio parecía un árbol de Navidad lleno de luces. Sentí una gran soledad y me dije: Es ahí donde
    esta la vida.

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  6. Vale, pues lo dejo en 10 líneas. Que alguien haga el favor de borrar el anterior! Gracias,

    Amor y manteles
    Cuando piensas que una mesa perfecta es tan irresistible como el deseo de amar, ya estás hasta el cuello. Llega el foie, con una mínima guarnición, y cae en mi copa el Sauternes de un pálido cobrizo. Me lleno de perfume a melocotón, como el de su piel.
    Brilla la conversación, y tiembla el tataki en el plato, anticipando el cuchillo que desgarrará su hermosa geometría cúbica. Mientras escancian el dorado fruto de Médoc, su pelo regresa a mi almohada. Me preguntan que si estoy de acuerdo con algo, y respondo que por supuesto.
    La liebre ha detenido su carrera en esta mesa, su lomo bajo la salsa espesa. Cae el Borgoña, de un rojo intenso; al comprobar su lágrima en el cristal, veo el parabrisas mojado por la lluvia. Y la carretera negra, a ninguna parte. A los postres, con el Oporto, amor y manteles se anudan como la hiedra al tronco; mi sabia se derrama por la mesa, regando un campo yermo.

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  7. He decidido no comprar agenda para el próximo año. Porque no necesito agenda que me recuerde que al caminar por las calles, las hojas secas crujen al pisarlas, y que la desvergonzada primavera se entretiene con los revoltosos vientos.
    No necesito agenda que me diga que hay un día para ser solidario con quien lo necesita, lo recuerdo todo el año.
    Los olores de mi casa paterna, el estofado en la cocina de hierro y las confituras de fruta haciéndose lentamente. No es posible guardarlos en las hojas numeradas. No recurriré a una agenda para emocionarme en un concierto o con la lectura de un libro.
    Ninguna me recordará que tengo que gozar de todas las pequeñas cosas que me ofrece la vida.
    Esa libreta no puede contener la tierra de tantos lugares que caminé y que está adherida a la suela de mis zapatos, allí conocí a mucha gente que me hizo feliz. Los llevo en mi corazón que no tiene agenda.
    Sobre todo no la necesito para que me recuerde que cada día te quiera más si es posible, y que desee sentir tu cuerpo junto al mío, siempre.
    Este es el precio que se paga por vivir, por ir alerta sintiendo la respiración, los sonidos, los olores y colores del mundo.

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  8. LA MALA EDUCACIÓN



    “Estudia, Luis, que los aprobados no se regalan” “te los tienes que ganar con esfuerzo"

    Tenía doce años cuando tuvo que pagar con un verano de su vida el cuarto curso de bachillerato. “Todo cuesta, Luis, nada es gratis” le repetía con insistencia su padre.

    Y Luis se esforzaba duro para alcanzar sus metas: ser capitán del equipo de baloncesto -¡cuántas horas de entrenamiento para conseguirlo!- ; obtener el premio fin de carrera (a cambio de no salir ni una sola noche con sus compañeros);…

    Pero cumplió veinticinco años y se enamoró.(¡Y ella de él!). Y cuando un atardecer, sin pensarlo, se besaban por primera vez, él, maravillado, la miró con asombro y le preguntó con sinceridad. “¿Cuánto va a costarme esto?”. Ella se separó bruscamente, le miró, muy sorprendida también, y se fue.

    A Luis, la mala educación que había recibido, le costó el amor de su vida .

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  9. ¡Por mis cojones!

    No fueron suficientes los problemas financieros de sus padres, ni la distancia a los centros de estudios, ni la carencia de recursos; al grito de: “Por mis cojones”, se matriculo en la facultad de derecho.// Ni los catedráticos más férreos, ni los turnos en el almacén, ni la falta de medios; al grito de: “Por mis cojones”, sacó con sobresaliente la carrera. // No le alteraron los constantes desprecios por motivo de: origen, estilo, formas, presencia…; al grito de: “Por mis cojones”, se convirtió en socio del bufete. // No le amedrentaron las inalcanzables clases sociales, ni las suspicacias, ni siquiera la falta de ideas o de formación; al grito de, aunque fuera la última vez: “Por mis cojones”, se hizo tesorero de un partido político.

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  10. FUERA DE COMBATE

    La vida es como una jodida pelea de sumo. Si te caes al suelo, si sales fuera del círculo de lucha (dohyō), o si utilizas técnicas ilegales - trampas, en definitiva- te quedas k.o. También existe una manera más humillante de perder: quedarse desnudo.
    Me aficioné al sumo después de que Paola, mi mejor amiga, me echara de su piso, del dohyō que compartíamos. Cada noche, acurrucadas en el sofá, devorábamos las series de HBO, pero a mí me bastaba con aspirar el aroma de sus cabellos negroazulados. Hasta que un día dejé de hacer trampas, la confesé que la amaba desde el instituto, cuando ella perdió la virginidad con el chulito de la clase y me lo contó con pelos y señales encerradas en el baño. Me desnudé ante ella y pagué un precio demasiado alto.
    Sin embargo, ella no tuvo piedad para tirarme al suelo con un golpe bajo e inesperado: salir del armario poco tiempo después.

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  11. ¡Qué no daría yo!
    ¡Qué no daría yo por encontrar un comprador de cabezas!
    Cada mes, coincidiendo con los días fértiles, padezco un terrible dolor de cabeza. Siempre es igual: empieza con un pequeñísimo punto de presión en una sien, poco a poco va creciendo en tamaño y en intensidad hasta convertirse en una molestia aguda pero todavía tolerable, se desplaza hacia la nuca, vuelve a la sien, se aloja en la cavidad del ojo atrofiando temporalmente la vista, desciende hasta la mandíbula impidiendo su uso. Cuando reaparece en la sien ya no se puede soportar, se pasea por cada uno de los huesos de la cabeza, por cada nervio, por cada tendón, paraliza el cuello, atasca el oído, atrofia la vista; luego se extiende, se extiende, se extiende... lo invade todo: me aplasta, me anula.

    Ya no puedo más, como no podré vender la cabeza la voy a regalar. Estoy buscando un carnicero habilidoso que la sepa cortar de un tajo y.. ¡Que se la quede!

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  12. Por eso estoy aquí.

    Me visto como los de esa compañía. Los ricos ya no tienen porteros, sino automáticos. Cuando veo que la vieja sale, entro. Subo al primero A, y llamo. Nadie contesta. Luego cierro la puerta con el cerrojo por si... y al fondo del pasillo veo a una tía, corro hacia ella y se encierra en una habitación. Empujo la puerta y la pava, ni habla, ni grita, ni nada. Ahí es donde tenía que haberme pirado, pero me gipió la cara y cuando voy a dar otro empujón, macho, como en las pelis, abre la puerta y me escoño contra un radiador grande de cojones. Me despierto atado, veo a la chinita follándome, luego me da una hostia en la cabeza y mira lo que pone el periódico:
    HEROÍNA EN EL BARRIO DE SALAMANCA:
    La criada del señor de CastrodeUrdial, detuvo a un delincuente, e hizo huir a su compinche, el cual se llevó el dinero de la caja fuerte y diversas joyas. A pesar de ser violada y presentar numerosas contusiones, pudo llamar a la policía. El señor marqués le ha dado vacaciones de cinco años para que pueda volver con su familia y superar el shock traumático.

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  13. Precio acordado

    La última palabra. El último fonema. Ningún diálogo, ninguna escena. No más paisajes. Ni sentimiento, ni temblor, ni lágrimas… Nada. Adiós a mi personaje, hasta luego a todo lo que es. Adiós a su mundo y al mío, que queda ahí reposando. Se acabó la historia, se murió la vida. Se quiso tanto y se guardó… dentro. Ahí permanece. Se cerró el libro. Descansa encima de la mesa. Ahí lo dejo, ahí muere. Y yo… me quedé sin la trama, sin ritmo. Ningún acorde. ¿Hacia dónde se dirige mi personaje y sus secuaces? ¿Quién lo habita ahora? Ya está con otro; me deja, y me engañará. El otro lo vive y lo disfruta. ¡Tanto goce! Llegué hasta aquí; la última página. ¿Cuánto cuesta? Soledad y silencio. Llegar y cerrar la puerta.

    En otra ciudad alguien empieza a pagar por ello.

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  14. El Líder

    Entró en la habitación del hijo buscando respuestas. Las fotografías de las paredes le devolvían la mirada resplandeciente de tantos momentos de gloria: capitán del equipo de baloncesto, delegado de todos los cursos escolares, portador de pancartas reivindicativas, el primer discurso... En las estanterías aun conservaba sus juegos favoritos: “dominar el mundo”, “juego de tronos”, “la bolsa”, “el juego del mentiroso”. Recordó como le gustaba disfrazarse de rey y dar órdenes por la casa a súbditos imaginarios, incluido el perro al que apodaba ministro. Al padre le gustaba presumir del hijo ante los amigos ̶ Fijaros que tengo que llevarle al colegio sentado en el asiento de atrás y abrirle la puerta como si fuera su chofer. Tiene madera de líder ̶ proclamaba orgulloso ̶ .Se dirigió a la cocina y encendió el televisor. En las noticias, su pequeño Nicolás, esposado, sonreía a la cámara.

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  15. Vis a vis

    No tengo guasap. Ni siquiera sé cómo se escribe. Daños colaterales:
    No tengo; información no requerida, salidas de tono, posibles manifestaciones xenófobas ,machistas o irreverentes que escuchar o emitir. No tengo conocimiento inmediato de todo lo que sienten, piensan, compran o comen todos aquellos que conozco. Tampoco tengo; obligación de contestar, de ser graciosa, inteligente, cariñosa, ocurrente, educada, cortes o comprometida con la causa que toque.

    Si tengo; tiempo, mi tiempo, el tiempo que necesites y quieras compartir conmigo en un íntimo, carnoso, comprometido y cálido vis a vis.

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  16. TODO TIENE UN PRECIO

    Peláez es el típico compañero con una excepcional habilidad para tocar las narices. Si, por ejemplo, Marisa Reguantes esa mañana tiene dificultades para aparcar, una sonrisa le esperará al bajarse del coche diciendo: “Mujer al volante…”. Tiene chascarrillos para cualquier debilidad o tropezón ajeno.
    Pero esta mañana Peláez, diezmado por un catarro monumental no tiene ganas de bromas. El hecho a relatar ocurre en apenas décimas de segundos; cuando el director general se acerca a su puesto de trabajo. Peláez sufre un cosquilleo en el labio acompañado de un leve picor que surge del fondo de su garganta, sube por su nariz y termina desembocando en el mayor estornudo que cualquier individuo, raza humana o ser vivo de la Tierra hayan visto jamás. Lo ejecuta con tal rapidez y violencia que no es capaz de acompasar sus manos o cuello para evitar que la trayectoria del estornudo no sea justo el rostro de su interlocutor; el cual en una suerte de enajenación ve llegar la sacudida como si de un tsunami se tratara.
    No fue la cara empapada del director, ni la pérdida de su empleo, lo que más le dolió, sin duda alguna, fueron las raudas palabras de su compañera Marisa Reguantes:
    - “Eso te pasa por dormir con el culo al aire”.

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  17. RENGLONES DE FICCION20 de diciembre de 2014, 15:40

    ATENCIÓN ATENCIÓN!!El ganador del concurso ha resultado ser el micro AGENDA!!!!!Enhorabuena a su autora. Seguido muy de cerca por el microrrelato AMOR Y MANTELES y en tercer lugar un empate de FUERA DE COMBATE Y LA NAVIDAD. Gracias a todos por participar y ...a seguir disfrutando de la escritura!!!

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