Después de dicho día Martha nos desvelará el nombre del autor.
Tú y yo estamos tan locos
el uno por el otro,
como si nos envolviera el fuego del alfarero.
De un trozo de arcilla, moldea tu efigie,
moldea la mía,
aplastemos a las dos de nuevo para volvernos arcilla,
mézclala con agua, vuelve a moldear tu efigie
vuelve a moldear la mía,
Así te tendré en mi cuerpo
y tu me tendrás también en el tuyo
No quiero soñarte arcilla,que entre las manos del alfarero húmeda y fria quedas.
ResponderEliminar¡Arena tienes que ser! Que ardiente pasas entre otras manos,pero solo entre las mias prendida quedas.