miércoles, 21 de diciembre de 2016

Ganadores Concurso Menudo Renglón 2016

Después de una velada para el recuerdo ya podemos comunicaros el desenlace del tradicional concurso navideño de 2016. El microrrelato vencedor fue el de Yolanda "Los espejos de una vida" y empatados en segundo puesto el micro de Martha "Eso y nada más" y el de Marta "23:59". Os los copiamos a continuación para que volváis a disfrutarlos. Un año más la divertida participación en el concurso, la literatura y la amistad han sido los claros vencedores de la noche.¡Hasta la próxima!


LOS ESPEJOS DE UNA VIDA           de Yolanda

El primer espejo de tu vida, el de la culpa, el del temor de Dios, fue aquel en el que no te atrevías a mirarte: “si eres una niña mala, cuando te mires al espejo veras al diablo reflejado en él”.
Un tiempo después, llegó el espejo complaciente, ese frente al que practicabas morritos seductores, mientras le cogías el punto al cepillo del rímel y al perfilador de labios; ese maravilloso espejo al que nunca te hacía falta preguntar quién era la más bella del mundo.
Como consecuencia inevitable de lo anterior, surgió ante ti el espejo compartido, frente a él, bajo la luz mortecina del baño, aprendiste a enjugar tus lágrimas y recomponer tu corazón roto.
Y como la vida sigue y nunca es para tanto, muchos espejos después, apareció el último espejo, el mentiroso, el persistente, uno que no te da tregua; día y noche insiste en confundir tu imagen con la de otra mujer. Porque, a fin de cuentas ¿qué demonios tendrás tú que ver con esa ojerosa señora mayor que el jodido espejo se empeña en reflejar?

23:59                de Marta

Quedaban menos de cinco minutos para la medianoche. La luna llena iluminaba Madrid. Luis cerró la puerta del piso; echó la llave y los dos candados. Los nervios seguían apoderándose de él. Intentó tranquilizarse. Bajó las persianas y comprobó de nuevo la llave. Estaba solo en casa, lo de siempre, no hay problema. 23:59. El cuerpo de Luis se tensó, llamaron al timbre. ̶ ¡Váyase! ̶ soltó abruptamente. Miró por la mirilla: de nuevo aquel joven estudiante que se sacaba unas pelas haciendo encuestas. No se iba. Luis abrió la puerta y le dejó pasar deslizando silenciosamente el candado a su espalda. ̶ Discúlpame que vaya al baño, ahora mismo estoy contigo ̶ dijo Luis amablemente.

Apoyó las manos en el lavabo y sus ojos angustiados miraron al espejo. Estaba a punto de ocurrir. Sus orejas adquirieron movimiento repentino y, como por arte de magia, los poros de su piel se empezaron a abrir para dar paso a un vello oscuro que cubrió sus pómulos. Después su frente, su cuello. La angustia desapareció y su estómago se relajó.

Sonrió al espejo dejando ver sus afilados y blancos colmillos.

ESO Y NADA MÁS        de Martha

Dijo "hola y adiós", dejó la forma de su cabeza en la almohada, su olor entre las sábanas.

Era guapo como Pitt, elegante como Grant, tenía una sonrisa socarrona como Bogart, un tipo duro como 007.


Puro espejismo.

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