domingo, 14 de agosto de 2011

Después de comer (del libro RelateAndo)

por Paco


Leía mi persona un librito de cuentos de puta madre de autores varios, pero se quedó dormida.

El tiempo, (que siempre digo que no existe, porque no te enteras de lo que duermes, sino tienes reloj, de ahí que no contara cuanto dormí) de sueño se rompió, cuando Canijo y Púa ladraron, porque entró el vecino a su casa y vi su estela pasando, aunque no llegué a verle.

Entonces me di cuenta que me dolía el brazo derecho y lo achaqué a la postura, pero no, cojones que pica y duele detrás, ahí en el músculo.

Llegó Susana y mientras comíamos la dije: me ha picado algún bicho y mira y dijo: ¡Joder, qué ronchón enorme!

Duele mucho, debería ir al médico, pero tanto calor y comida:¡siesta!. Otro día el médico, y ella, deberías no dejarlo como siempre porque es muy grande.

Viene la noche y regresa Jorge de Galicia con Andreas y a dormir poco después.

Vueltas en la cama dormido y sale el bicho que me picó de la herida del brazo, revolotea junto a la cara de Susana y en cada vuelo, el rostro de ella se parece
más al que conocí hace 26 años.
Antes de que ella despierte se hace de día y ¡madre mía, su cuerpo también tiene la misma edad!
¡DIEZ Y NUEVE AÑOS

Ahora miro el reloj y pienso que si tengo más bichos en el brazo, que sí, porque lo noto, puedo hacerme millonario y pagar a la Caja de ahorros ladrona lo que se debe y un montón de pensamientos atropellan mi cerebro y cerebelo y me voy a decirlo a la Universidad de Medicina
y cuando bajo al coche, veo el arcón y el agujero y me dice una voz:
¡Nadie te hará caso!

Y una polla, seas quien seas el que me habla. Iré a la tele y ya verás.

Lo que ocurrirá como no lo sé no lo puedo contar.

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